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El linfedema y el lipedema son dos problemas bastante comunes que pueden padecer tanto hombres como mujeres, aunque suelen ser ellas las más predispuestas genéticamente. Pero no confundamos linfedema y lipedema. Suenan parecido pero son problemas distintos. Vamos a explicar qué es cada uno y cómo podemos tratarlos con una serie de buenos consejos.
Y por supuesto, también respondemos a una pregunta que si tienes alguno de estos problemas, seguramente te estés haciendo: ¿Son compatibles linfedema y presoterapia? ¿Y lipedema y presoterapia? ¡Parece ser que sí! Así que si te está afectando el linfedema o el lipedema o incluso ambos, sigue leyendo porque vas a poder mejorar bastante tu situación. Pero antes, una pequeña lección sobre el sistema linfático.
El sistema linfático está ligado al circulatorio e inmunitario. Se compone de una compleja red de ganglios y vasos destinados a filtrar y depurar toxinas, desechos metabólicos, grasas y fluidos acumulados entre los tejidos, manteniendo el cuerpo limpio y desintoxicado. A través de los conductos linfáticos, circula la linfa, fluido que recorre todo el sistema transportando células inmunitarias y proteínas además de grasas o productos desechables hacia los ganglios. Los vasos linfáticos a su vez, mantienen un equilibrio en los fluidos corporales, transportando la linfa ya filtrada al torrente sanguíneo. Conocer cómo funciona el sistema linfático es crucial para comprender el linfedema.
No debemos confundir linfedema y lipedema. Aunque ambos problemas podrían manifestarse a la vez, están diferenciados. ¡Comencemos!
El linfedema es una disfunción linfática; es decir, un mal funcionamiento del sistema linfático. Los tejidos se inundan, provocando hinchazón y dolor. Afecta mayormente a brazos y piernas, muchas veces en una sola de las dos extremidades. Resumiendo lo más importante sobre el linfedema:
Ahora veamos qué es el lipedema:
El linfedema suele ser crónico y lamentablemente, no se cura. Y lo mismo sucede con el lipedema. Pero si padeces cualquiera de estos problemas, no tires la toalla. Puedes mantenerlos bajo control. En casos menos graves, por malos hábitos y siempre que estemos hablando de un linfedema en primera fase, podrías revertir el proceso mediante masajes con vendas de compresión, ejercicio físico y sobre todo mucha constancia. Cuando ya es incurable, crónico y avanzado, deberás ser aún más constante en el tratamiento para que no vaya a más.
Respecto al lipedema, el método más efectivo para librarte de él es sin duda la liposucción, pero no olvides que si no mantienes unos hábitos saludables después de la intervención, la grasa regresa, y se instala triunfalmente de nuevo en el mismo lugar. ¿Puede ayudarte el drenaje linfático de la presoterapia a mantener el linfedema o lipedema controlados y a limitar su gravedad? Sí. De hecho linfedema y presoterapia pueden ser compatibles del mismo modo que lo pueden ser presoterapia y lipedema. Y por supuesto podrás reducir su impacto si al tratamiento con presoterapia le sumas un estilo de vida lo más saludable posible.
Ahora que ya hemos explicado las diferencias entre linfedema y lipedema, te damos una serie de consejos que pueden aplicarse a ambos problemas, manteniéndolos a raya y evitando que vayan a más.
H2O. Bebe entre 1.5 y 2 litros de agua diarios. Que buena parte provenga de frutas y verduras. Decántate por frutas con poca fructosa: fresa, plátano, melón, naranja o mandarina, uvas, kiwi, aguacate…Y nunca pienses que si bebes menos, retienes menos. Todo lo contrario. Si lo hidratas poco, el organismo almacena toda el agua que puede, así que aunque tengas problemas de retención, no dejes nunca a tu organismo sin su hidratación diaria.
Diuréticos. Si sufres de mucha retención de líquido, existen pastillas diuréticas -medicamento prescrito por un médico- que ayudan a eliminar puntualmente una buena parte de líquido. También existen preparados a base de ingredientes naturales como la alcachofa que puedes tomar de tanto en tanto. También hay hierbas con alto poder diurético. Consulta a un homeópata, investiga en Internet o visita una herboristería. Los diuréticos naturales son a la vez excelentes depurativos.
Vinagre de manzana. Otro estupendo depurativo para el sistema linfático. Su contenido en potasio disuelve la mucosidad y las toxinas. También desintoxica el hígado.
¿Qué comes? Tanto el linfedema como el lipedema requieren una nutrición muy equilibrada y concreta si de verdad quieres mantenerlos a raya y atenuar sus síntomas. Recuerda: “Eres lo que comes” y si tienes un problema así, tu dieta debería ser aún más escrupulosa.
SAL. Cuanta menos, mejor. Retiene líquido y aumenta la presión arterial que empeora ambas condiciones. Acostúmbrate a comer sin sal. Bien mirado, es lo más sano.
SÍ a gran variedad de frutas y verduras, alimentos fermentados, legumbres, cereales -preferiblemente integrales-, frutos secos -mejor crudos y sin sal-, kéfir, yogur, leches de almendra o soja, tempeh, tofu, batidos verdes..También puedes enriquecer tu dieta con hierbas, semillas o especias.
Moderación. Con carnes, aves de corral, huevos o pescado. Decántate por lo menos graso y no abuses de los zumos frutales preparados, las bebidas carbonatadas o el alcohol.
Evita al máximo: gluten, bollería y azúcares añadidos, frituras, bebidas energéticas y azucaradas, lácteos. Alguna vez vale, pero sin abusar. Sabemos que cuesta; estamos rodeados por todas partes de alimentos perjudiciales y mega-procesados…pero existe una gastronomía alternativa que siempre ha sido la más sana: la casera con productos lo más naturales posible.
Adapta la dieta si tienes preferencias vegetarianas o veganas o si eres intolerante al gluten, tienes alergias alimentarias o padeces diabetes. En cualquier caso, no está de más consultar a un médico o nutricionista cualificado y especializado en el tratamiento del linfedema o lipedema.
Suplementos. Algas como la espirulina, nori, wakame, clorela…Limpian el cuerpo a la vez que aportan minerales, vitaminas y otros compuestos altamente beneficiosos para el organismo.
Ejercicio físico. ¿Rendirse al sedentarismo? Jamás. El ejercicio físico mantiene tu sistema linfático en buenas condiciones y quema tu grasa. Haz algo de cardio para mantener tu sistema cardiovascular activo y ejercicios anaeróbicos que potencien el movimiento de la linfa en tus tejidos musculares. En general, te irán bien deportes que no supongan un gran impacto para las extremidades. Y cuidado; si tu linfedema o lipedema son muy pronunciados, haz ejercicio moderadamente. Consulta a tu médico o a un fisioterapeuta para ver qué actividades deportivas te van mejor. También sería conveniente usar prendas de compresión para las extremidades afectadas en la práctica de ciertos deportes.
Informa a tu practicante. Evita pinchazos -por medicación/vacunas o en análisis/transfusión sanguínea- en la zona con linfedema y evita las mangas de presión que se usan para tomar la tensión. Ah, los tatuajes donde haya linfedema tampoco se aconsejan.
Al viajar en avión. Pregunta al médico o en tiendas de ortopedia por prendas especiales para linfedema. Se usan antes, durante e incluso horas después del vuelo para evitar que la hinchazón vaya a más, actuando como retén.
Respira hondo. Sí, lo que hace quien practica yoga o meditación. Siéntate en el suelo frente a una puesta de sol con las piernas cruzadas y los brazos extendidos, cierra los ojos e inspira y expira profundamente. No es una tontería. Estimula el sistema linfático.
Eleva tus miembros y camina! Tanto si son brazos como piernas, mantén tus miembros elevados durante media hora al día. Esto ayuda a reactivar el retorno venoso. Antes de dormir puede ir bien. También puedes elevar la parte baja del colchón para lograr el mismo efecto. Por la mañana deberías notar menos hinchazón. Durante el día, camina todo lo que puedas. El sedentarismo es un gran enemigo del sistema linfático.
Evita las duchas muy calientes. No son buenas ni para el linfedema ni para el lipedema. La sauna en estos casos, no es una buena idea.
Piel y uñas limpias! De este modo evitas infecciones. Recuerda que el sistema linfático se encuentra muy cerca de tu dermis.
NO a la ropa ajustada. Aunque te guste mucho, no es lo más indicado para el linfedema, pues comprime y empeora la zona afectada.
Masaje linfático. Dado que hablamos de problemas crónicos, las sesiones frecuentes con una máquina de presoterapia pueden ser una buena solución. Consulta al doctor/a si este tratamiento está indicado para ti. Aunque linfedema y presoterapia casen bien en un principio , la preso puede tener sus contraindicaciones.
Como ya hemos comentado, la presoterapia puede servir para tratar el linfedema o el lipedema, atenuando bastante los síntomas. De hecho, el masaje por compresión y descompresión ha dado ya resultados probados científicamente en pacientes de linfedema o lipedema. Ahora suponemos que estarás pensando en aparatos de presoterapia para linfedema o lipedema, ¿verdad? No necesitas una máquina específica para tratar estos problemas, pero sí una máquina que sea buena y te de resultados. Porque un equipo de presoterapia de calidad, te servirá tanto para tratar el linfedema como el lipedema, además de aportar otros muchos beneficios:
Habiendo leído esa lista de beneficios, seguro que te estás preguntando si puedes hacer presoterapia todos los días con linfedema o lipedema. Pues bien; si hablamos de un equipo doméstico, normalmente no tendría que haber ningún inconveniente. Media hora o tres cuartos de sesión con una presión moderada no debería suponer ningún perjuicio para la salud, pudiendo incluso seleccionar el máximo de presión sin problema. Pero ojo, la presión la debes graduar según tu caso particular.
Lo mejor es empezar con menos presión e ir probando. El masaje debe ser en todo momento agradable y nunca doloroso. También debes considerar, que padeciendo linfedema o lipedema debes ser tal vez algo más constante para que los efectos de la presoterapia sean notables. Además, los problemas crónicos como estos presentan un cuadro de síntomas persistente; es decir, que a diario sientes más o menos molestias.
Por ello el uso frecuente de la presoterapia puede suponer un gran alivio si padeces de linfedema o lipedema. Pero ojo, tampoco te obsesiones. Quizás usando la presoterapia unas tres o cuatro veces por semana, ya notas una mejoría importante. De cualquier modo, consulta siempre con un médico para que sea quien aconseje la frecuencia e intensidad que sean más indicadas en tu caso.
Descartando patologías graves, la presoterapia SIZEN podría ser tu gran aliada. Y esto es algo que sabemos bien, pues además de deportistas y de quienes quieren usar este tratamiento con fines estéticos, también hay un buen número de personas que usa nuestra presoterapia para el linfedema en piernas o el linfedema en brazos, así como para reducir contorno en las zonas afectadas por el lipedema.
Y es que la aplicación terapéutica en las afecciones linfáticas y circulatorias es otro de los puntos fuertes de la presoterapia doméstica SIZEN, diseñada para abarcar el tratamiento tanto deportivo, como estético y terapéutico. Pásate por la tienda y completa tu equipo según tus necesidades. Además de la máquina SIZEN 6+ y las botas de presoterapia para piernas, tienes toda una gama de prendas complementarias con las que puedes ampliar tu tratamiento: manga para brazos, ideal si padeces linfedema en estas extremidades, shorts para glúteos y cadera o faja abdominal.
Y tampoco olvides que la frecuencia de tratamiento que exige algo crónico es mucho más viable si dispones de tu propio equipo en casa. Ahora que ya sabes que la presoterapia funciona, no te marees buscando aparatos de presoterapia para linfedema o lipedema porque vas a poder cuidar de ambos con la Presoterapia SIZEN sin salir de casita.
¡Porque las personas con linfedema o lipedema, también merecen vivir una buena vida!