PRUEBA DE 15 DÍAS
EL ÚNICO CON 3 AÑOS DE GARANTÍA
TEL: +34 617 806 923
Un ligamento es una banda de tejido conjuntivo muy resistente y elástico cuya función es la unión de los huesos en el seno de una articulación. Concretamente, la estabilidad de la rodilla está fijada por cuatro ligamentos: ligamento cruzado anterior (LCA), ligamento cruzado posterior (LCP), ligamento lateral interno (LLI) y ligamento lateral externo (LLE).
Desde el punto de vista anatómico los ligamentos cruzados siguen el siguiente recorrido:
Dependiendo del grado de lesión en el ligamento cruzado anterior, se pueden clasificar en tres tipos:
La mayoría de las lesiones en el LCA se producen en aquellas prácticas deportivas que requieran giros del tren inferior y frenadas:
Por otra parte, también es importante destacar una serie de factores de riesgo que pueden aumentar la probabilidad de sufrir esta lesión:
Existen varias patologías con sintomatología parecida a las citadas anteriormente cuando te lesionas el LCA (dolor intenso, inflamación, edema, inestabilidad, incomodidad al caminar, etc.). Para diferenciarlas, se deberán de hacer una serie de pruebas:
La persona lesionada se deberá poner decúbito supino (boca arriba) con la cadera en flexión de 45° y la rodilla en flexión de 90°. Con el pie fijo en rotación neutra, un personal sanitario (médico, fisioterapeuta, etc.) realiza una tracción anterior de la tibia. Si aparece un tope blando, había lesión del LCA.
Esta prueba concretamente no va a mostrar claramente la lesión del LCA, pero sí si está asociada a una lesión ósea.
Esta es una de las mejores pruebas para determinar el grado de lesión del LCA puesto que crea mejores imágenes de los tejidos blandos.
El tratamiento de la rodilla en caso de lesión del LCA variará en función de si es conservador, es decir, la persona afectada no va a pasar por el quirófano para su recuperación, o de si es quirúrgico. De forma general, la mayoría de roturas de grado II y III suele optar por esta forma de tratamiento y más si estamos hablando de deportistas.
En caso de tratamiento conservador se recomienda fortalecer los isquiotibiales (que se pueden trabajar en cadena cinética abierta) y fortalecimiento de cuádriceps, teniendo en cuenta que la carga debe ser proximal para no favorecer el cajón anterior. Todos estos tipos de ejercicios deberán estar pautados por un personal sanitario (fisioterapeuta o médico).
En lo que respecta a un tratamiento quirúrgico, hay que tener en cuenta que el tratamiento utilizado es la ligamentoplastia, reconstruyendo así el ligamento, pudiéndose utilizar diversos materiales:
Una vez realizada la cirugía y recibida el alta médica, la persona lesionada deberá seguir una estricta rehabilitación de la mano de un fisioterapeuta donde éste realizará diferentes técnicas para la óptima recuperación de la rodilla.
Entre estas técnicas destaca la presoterapia. Durante los primeros días sería recomendable utilizar el modo 2 de nuestra máquina de SIZEN, el cual está indicado para drenar el exceso de líquido acumulado en la rodilla tras la operación.
Una vez que el paciente vuelve poco a poco a la actividad deportiva, puede sentir sobrecarga muscular debido a la falta de hábito deportivo, por lo cual es más recomendable el modo 3 o el 4, con los cuales el deportista obtendrá una rápida recuperación muscular.
Por último, te vamos a dar una serie de consejos para que puedas prevenir, en la medida de lo posible, la lesión del ligamento cruzado anterior, evitando así largos meses de parón deportivo:
Alicia Vicario, fisioterapeuta y creadora de Fisiovik (IG: @fisiovik).
He estudiado Ciencias del Deporte y de la Actividad Física y me especialicé en la rama de Salud. Trabajé en una clínica de fisioterapia durante años de readaptadora deportiva hasta que finalmente me animé a hacer fisioterapia.