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Después de la carga laboral, deportiva y rutinaria, lo más normal del mundo es que acaben doliéndote prácticamente todas las partes de tu cuerpo. La sobrecarga muscular, las contracturas y las tensiones en según qué zonas es lo más habitual cuando hablamos de congestión corporal. Cuando esto sucede, inevitablemente nos surge la duda: ¿la única solución es un masajista? ¿Debo acudir a un fisioterapeuta?
A la hora de cuidar nuestro cuerpo, aliviar tensiones o mejorar la circulación, es habitual hacerse esa pregunta: ¿un masaje tradicional o una sesión de presoterapia? Si bien es cierto que opciones ofrecen beneficios importantes, se ha de reconocer que tienes funciones y -sobre todo- efectos diferentes. Desde SIZEN, te ayudamos a entender en qué se diferencian, qué ventajas ofrece cada una y cuál se adapta mejor a tus necesidades.
El masaje es una técnica manual que, mediante manipulaciones, friccionando o presionando con fuerza y técnica profesional las zonas de la dolencia, actúa sobre los tejidos para relajar la musculatura, aliviar tensiones y mejorar el bienestar general. Puede ser realizado por fisioterapeutas, masajistas o terapeutas especializados, y se adapta al tipo de necesidad específica del paciente.
La presoterapia que ofrecemos desde SIZEN con nuestro equipamiento testado, en cambio, es un tratamiento tecnológico que aplica presión de aire de forma secuencial a través de botas, mangas o fajas neumáticas. Un masaje mecánico -con la comodidad de no moverte del sofá de casa y la independencia que eso genera- que estimula el sistema linfático y venoso, favoreciendo la eliminación de líquidos y toxinas, y mejorando tu circulación.
El masaje ofrece una atención personalizada y se adapta en tiempo real a las reacciones del cuerpo. Algunos de sus beneficios más destacados son:
Es ideal para quienes buscan una experiencia sensorial y terapéutica que incluya contacto humano, especialmente en casos de sobrecarga muscular o dolor localizado.
La presoterapia destaca por su acción uniforme, automática y repetible. Aporta beneficios específicos como:
Además, como hemos dicho, se puede realizar desde casa con equipos portátiles como los de SIZEN, sin necesidad de cita previa ni desplazamientos. Es ideal para sesiones regulares y para personas que necesitan mejorar su circulación o recuperarse tras el deporte.
Es cierto que si buscas relajación y bienestar general, el masaje puede ser la mejor opción. Los aceites, el ambiente de hilo musical que acostumbra a sonar en los masajistas, y la técnica de presión y amase de las manos de un profesional lo son todo.
No obstante, si lo que sufres es de piernas pesadas, edemas o problemas circulatorios recurrentes, la presoterapia es especialmente efectiva. Además, es complicado y costoso asistir a un masajista cada vez que sientas las piernas hinchadas, por ende, desde SIZEN traemos la solución.
La elección dependerá siempre de tus necesidades específicas, el tiempo disponible y si prefieres un tratamiento manual o automático.
Sí, combinar masaje y presoterapia puede potenciar los beneficios de ambos. Por ejemplo, puedes realizar una sesión de presoterapia para activar la circulación y eliminar toxinas, y al día siguiente recibir un masaje para relajar los tejidos profundos. También puedes alternarlos según el momento de tu rutina: presoterapia tras el ejercicio y masaje durante los días de descanso.
En definitiva, no se trata de elegir uno u otro, sino de aprender a integrarlos según tus objetivos y estilo de vida. ¡Tu cuerpo lo agradecerá!